Investigadores científicos descubrieron que en 5 lugares del planeta había un sorprendente número de personas que superaban en décadas la expectativa de vida del resto del mundo, en donde los índices de enfermedades coronarias, de cáncer y de demencia senil eran sensiblemente inferiores.
Las 9 claves de una vida larga
- Actividad física moderada, constante y persistente
- Tener un propósito de vida: su propio Ikagai que los motive a levantarse cada mañana.
- Niveles bajos de stress: evitar las preocupaciones laborales, persistentes, que suman presión a la vida diaria.
- Dietas moderadas en calorías.
- Alimentación centrada en frutas y verduras.
- Uso moderado del alcohol, adicciones o consumos que alteren el cuerpo y la conciencia están proscriptos. Las drogas y el cigarrillo están desterrados.
- Tener fe: compartir creencias, esperanza en el futuro y actividad religiosa.
- Vida familiar: la red de contención familiar, vivir con alguien, cuidar y ser cuidado.
- Vida social: un involucramiento en la vida de la comunidad. El corolario de este punto es que la sociedad los admita, tenga reservado un lugar para sus ancianos.
Barbagia – Cerdeña – Italia
En las últimas dos décadas, más de veinte personas sobrepasaron los cien años de vida. El número impacta por sí solo. Sin embargo adquiere más relevancia si se tiene en cuenta que la población total apenas excede el millar de personas. 1063 habitantes según el último censo.
“El secreto está en tomar dos dedos de vino todos los días”, le dice una señora de rozagantes 103 años, habitante de Seulo, al periodista que llegó al pueblo en busca de la fórmula de la vida eterna. Ante la sonrisa condescendiente de su interlocutor, la centenaria continúa: “También haber trabajado duro toda la vida, alimentarse de lo que produce la tierra, el destino o la suerte cómo usted quiera llamarlo”. Y luego de un silencio premeditado y pícaro agrega: “Y no se olvide del vino, nuestras uvas son de gran calidad”.
Por las calles desparejas y aún por algunos de los caminos montañosos que rodean el poblado, caminan, con paso lento pero ágil, hombres y mujeres de ochenta, noventa y hasta de cien años. En los pórticos de varias casas se ven grandes retratos en blanco y negro. Son las viviendas de los ciudadanos centenarios que de esa manera son homenajeados (quien llega al siglo de vida es nombrado alcalde honorario).
En estos pueblos de Cerdeña, los ancianos son respetados, reverenciados. Son una parte vital de la sociedad. Viven en ámbitos familiares, rodeados de afecto y de atención.
Loma Linda – Los Ángeles
Es una comunidad adventista de la Iglesia del Séptimo Día. Por las calles prolijas del pueblo se ven muchos ancianos. Más que en el resto de las ciudades del país. No es un lugar de retiro ni uno en el que exista un conglomerado de geriátricos.
Al ser una comunidad adventista, la religión tiene una gran influencia. Los científicos que estudiaron los frecuentes casos de extrema longevidad en la comunidad, le atribuyen una importancia vital a la fe y a lo que sus miembros depositan en las creencias religiosas. Además los adventistas, desde el Siglo XIX hacen hincapié en la vida sana y en la alimentación equilibrada (lo hacían aún sin evidencias científicas, guiados por el instinto y hasta por la ignorancia: el Dr. Kellogg inventó sus cereales, los cornflakes, en virtud de ese método).
Esa vida recoleta está repleta de prohibiciones que derivan de preceptos religiosos. No se puede fumar, el alcohol está prohibido, todo lo que se pueda llegar a considerar una actividad que propenda a la “vida disipada” está proscripta. Los sábados se dedican por completo a la iglesia y a actividades comunales. Más allá de las consideraciones religiosas y del clima opresivo, la vida saludable rinde sus frutos. Según estudios que se vienen realizando desde la década del sesenta, los habitantes de Loma Linda mejoran sensiblemente todas las tasas de salud y sobrevida respecto a los demás norteamericanos. En este caso ya no se trata como en otros de una genética favorecida sino de un estilo de vida.
Okinawa – Japón
El mundo oriental tiene otros códigos y otras costumbres. Un elemento novedoso es el Ikigai. El término se puede traducir como propósitos de vida. Pero se explica mucho mejor si se escucha la definición que los mismos japoneses hacen. El Ikigai es el motivo, la razón que los hace levantar cada mañana de su cama.
Los números de Okinawa sorprenden. La comparación de los promedios con los de Estados Unidos en cuestiones de salud y calidad de vida son contundentes. Un residente de la isla japonesa tiene un tercio más de posibilidades de alcanzar los cien años que uno norteamericano. El porcentaje de mujeres afectadas por cáncer de mama es un cincuenta por ciento inferior. Y mejora alrededor de un tercio respecto a las enfermedades cardiovasculares. La incidencia de las demencias seniles y del Alzheimer es diez veces menor
Nicoya – Costa Rica
Es un pequeño apéndice que sobresale y se interna en el Pacífico. En los mapas aparenta ser una desviación del país centroamericano, como un agregado hecho con desprolijidad. Es una zona pobre que hace poco tiempo estuvo aislada del resto de su país. No había grandes rutas ni autopistas que las comunicaran.
Los ancianos se benefician de la presencia del mar, del clima agradable, de las frutas tropicales que comen con fruición. Pero la vida cotidiana es dura. Sin grandes lujos, obliga a trabajar muy duro para poder comer.
La fe, un pertinaz optimismo, una confianza desmesurada en el futuro y una red fuerte e intensa de relaciones familiares y sociales son fundamentales para que muchos de ellos lleguen a viejos. Tienen poco pero viven mucho. Creen (y llevan adelante esa convicción) que no necesitan de más.
Icaria – Grecia
Al ser una isla mediterránea, comparte muchas de las características con Barbagia y los poblados de Cerdeña. Islas montañosas, clima agradable, el agua como límite, alimentos naturales. La geografía de la isla hace que los desplazamientos exijan mantener un estado físico acorde, cada traslado requiere esfuerzo.
Esa actividad física constante, naturalizada, que ocurre casi sin ser pensada, hace que los isleños se ejerciten sin notarlo.
Icaria está aislada del resto de Grecia, no tiene puertos naturales. Esa limitación produjo, como contracara, que se fortalecieran los lazos internos, tanto los sociales como los familiares. Y que surgiera una cultura propia, con escasa “contaminación” exterior, que solidifica lo que surge entre ellos.
FUENTE: BBC Mundo
SyF – Ingeniería para la Gestión, Lima 09 de febrero del 2020
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