Trabajar hace que los accidentes sean más probables, aumenta los niveles de estrés e incluso causa dolor físico. El problema es que muchas personas simplemente no pueden darse el lujo de no hacerlo.
Según las estadísticas más recientes de la OIT, más de 400 millones de personas empleadas en todo el mundo trabajan 49 horas o más por semana, una proporción considerable del total de cerca de 1.800 millones de personas empleadas en todo el mundo.
En una entrevista reciente con The New York Times, el empresario Elon Musk describio su cumpleaños 47, el cual pasó encerrado en su fábrica, en vela toda la noche. “Lo pasé sin amigos ni nada”, dijo. Su cumpleaños fue como cualquier otro día, en otra semana laboral de 120 horas. “Esto (la empresa) realmente ha salido adelante a expensas de no ver a mis hijos ni a mis amigos “, agregó.
Para algunos de sus fanáticos, este es solamente el precio de ser el actual semidios de Silicon Valley, el pionero de una industria que persigue simultáneamente la colonización de Marte y la creación de un coche eléctrico asequible y producido en masa.
Pero usar el agotamiento como una insignia de honor sienta un peligroso precedente.
“Largas horas”
El ajetreo durante largas jornadas laborales (que llegan a incluir los fines de semana) se ha convertido en un elemento básico de la cultura start-up en Silicon Valley, y ha llegado a extenderse a muchas otras partes del mundo.
Mientras escribía este artículo, apareció una publicación en mi Facebook de un grupo colombiano para empresas start-up: “¡Levanta la mano si estás trabajando ahora mismo en tu empresa, idea o negocio!”, decía la publicación, que estaba acompañada de un puñado de emoticones. Tenía 160 “me gusta”, incluso algunos corazones. Fue comentado por 38 empresarios enorgullecidos, cada uno de los cuales publicó la URL de su proyecto. Esto ocurrió un sábado a las 9:56 de la noche.
Y el problema es que esta cultura de “largas horas” probablemente anula el propósito de hacer más cosas, o al menos supone un precio muy alto por hacerlas.
Hay suficiente evidencia de que trabajar horas extra reduce nuestra productividad y nos hace sentir y estar menos saludables. También nos hace más propensos a desarrollar una amplia gama de enfermedades.
Aún así, millones de trabajadores parecen ser incapaces de luchar contra esta realidad.
¿Qué pasa entonces? Y ¿qué podemos hacer nosotros -los que no podemos escapar al trabajo los sábados en la noche- para solucionarlo?
Esto va a doler
Parece evidente: una persona con exceso de trabajo está cansada. Por lo tanto, es más probable que tenga un accidente en el trabajo.
Pero probar esto es sorprendentemente difícil. Puede ser que los trabajos más riesgosos también tengan horas más exigentes, o simplemente que las personas que trabajan más horas pasen más tiempo en riesgo, incluso si no hacen horas extra.
Pero un estudio que analizó registros de empleo en Estados Unidos durante 13 años encontró que “trabajar en empleos con horarios de horas extra está asociado con una tasa de riesgo de lesiones 61% más alta en comparación con los empleos sin horas extra”.
Este estudio no llega a decir que la fatiga es la causa principal de este aumento del riesgo, pero existen pruebas suficientes para sugerir que podría ser el caso.
Por ejemplo, si nos despertamos a las 8 de la mañana pero todavía estamos despiertos a la 1 a. m. del día siguiente (es decir, si hemos trabajado durante 17 horas seguidas), nuestro rendimiento físico probablemente será peor que si tuviéramos una concentración de alcohol en la sangre de 0,05%.
Este es el nivel que obtendría una persona promedio del sexo masculino, de 73 kilogramos de peso, si hubiera bebido dos latas de 355 mililitros de cerveza. Lo que equivaldría a decir que estamos borrachos cuando trabajamos horas extra. Si permaneciéramos despiertos hasta las 5 de la madrugada, el deterioro sería similar a tener un 0,1% de alcohol en la sangre, más del 0,08% que se considera el límite legal para conducir en la mayoría de los países del mundo.
Por lo tanto, al conducir en la noche nuestro rendimiento físico (cosas como el tiempo de reacción o coordinación) se verá afectado como si estuviéramos demasiado borrachos para conducir. Y si no podemos conducir, ¿podremos trabajar de manera segura y competente?
Tal vez escribir en una computadora no sea muy riesgoso, pero esto es algo que definitivamente vale la pena considerar cuando se hace trabajo manual o físico, o si nuestro trabajo requiere atención a los detalles.
El látigo algorítmico
Sin embargo, muchas personas se sienten atrapadas en este ciclo: dependen del exceso de trabajo para llegar a fin de mes y pagar sus cuentas. Están atrapados en un sistema que los incentiva a trabajar más horas o hacerlo durante toda la noche si sus clientes viven en otra zona horaria.
Por ejemplo, este es a menudo el caso de los trabajadores de la llamada economía colaborativa en el sudeste de Asia y África, contratados por empresas o empresarios en Estados Unidos, Reino Unido o Europa a través de plataformas freelance para desempeñar labores como codificación, publicación de blogs, creación de sitios web o administración de redes sociales.
Algunas investigaciones recientes dirigidas por Alex J Wood, del Instituto de Internet de Oxford, revelan que los algoritmos que asignan trabajos a estos trabajadores son un poderoso motor que impulsa el exceso de trabajo. Básicamente, cuanto más alto sea su ranking en estas plataformas, más probabilidades tendrás de ser contratado.
Y para lograr esto, los trabajadores tienen que adaptarse a todo lo que sus jefes desean, con poco espacio para negociar mejores condiciones. “Deben estar disponibles para comunicarse cuando se les necesite. Y si sus jefes les asignan un proyecto con una corta fecha límite de entrega, tienen que aceptar. De lo contrario, se les dará una mala calificación “, dice Wood en una entrevista.
Si el trabajador no está en los primeros lugares del ranking, la presión aumenta. Algunos trabajadores intentan atraer más oportunidades de trabajo cobrando precios extremadamente bajos, lo que los obliga a trabajar muchas horas por poco dinero. Además, la mayoría trabaja una cantidad significativa de horas no pagadas.
Como dijo un entrevistado en la investigación de Wood: “Estoy en la quiebra. Este empleador me pagará dinero, así que ¿por qué no aceptaría trabajar 18 horas al día?”. Estos patrones parecen replicarse en muchas áreas de la economía colaborativa.
Ha habido informes en Estados Unidos de que algunos conductores que trabajan para empresas de transporte están manejando durante turnos de hasta 20 horas para aprovechar los horarios de tarifas más altas.
Y en Reino Unido, Uber limitó a sus conductores a 10 horas de uso continuo de la aplicación, después de una investigación parlamentaria. Según Wood, “el impacto más obvio es la falta de sueño”, que refuerza el círculo vicioso de poco descanso y largas horas.
“Las personas serían más productivas si no tuvieran estas largas horas. Pero la forma en que se configuran los negocios significa que no pueden maximizar esa productividad porque tienen que trabajar hasta tarde en la noche para cumplir con lo que se les pide “.
Las plataformas freelance han sido objeto de críticas por glorificar estos estilos de vida poco saludables. Y por una buena razón. El estudio de Wood no muestra cuántos trabajadores de la economía colaborativa realmente laboran durante largas horas y el investigador aclara que el escenario suele ser mucho mejor para los freelancers en Europa, Reino Unido y Estados Unidos, donde estas personas tienen habilidades más especializadas y mucho más poder de negociación.
Aún así, en el llamado sur global hay señales de que este ciclo de exceso de trabajo se está arraigando. Más de la mitad de los trabajadores entrevistados por Wood y su equipo dijeron que tenían que trabajar a una velocidad muy alta, que el 60% trabajaba con plazos ajustados y que el 22% experimentaba dolor físico como resultado de su trabajo.
Siempre “de guardia”
La época en que las personas terminaban de trabajar en cuanto salían de su oficina terminó. El chequear y responder mensajes de trabajo parece inevitable e incluso llega a ser deseable para algunas personas, ya que creen que les ayuda a superar a sus competidores o pasar más tiempo con la familia sin desentenderse completamente de su trabajo.
La tecnología móvil “aumenta las expectativas: los gerentes y colegas esperan que el personal esté casi siempre disponible para trabajar”, asegura un documento académico de 2006 del investigador Ian Towers, de la universidad berlinesa de SRH. Pero estar “de guardia” no es lo mismo que estar fuera del trabajo, y la forma en que nuestro cuerpo reacciona ante ambas situaciones es muy diferente.
Un estudio de 2016 encontró que los niveles de cortisol (una hormona que influye en el aumento de los niveles de estrés) de las personas que se encuentran “de guardia” aumentan más rápido en las mañanas que los de aquellos que no están obligadas a estar disponibles, incluso si no terminan trabajando ese día. Esta hormona generalmente tiene su concentración máxima cuando nos despertamos y disminuye durante el resto del día.
Pero los científicos creen que los factores del estrés cotidiano alteran su ciclo de varias maneras. Esta hormona aumenta más rápido cuando la persona espera un día estresante, sus niveles siguen siendo altos si tiene estrés crónico, y no aumenta si está pasando por un “síndrome de agotamiento”, algo que suele ir precedido de un período de estrés crónico.
Como resultado, a las personas les resulta más difícil discernir entre lo que es trabajo y lo que lo es cuando están “de guardia” desde casa, así como elegir realizar las actividades que realmente desean, un rasgo que los investigadores llaman “control”. En otras palabras, los trabajadores no sienten que están libres cuando les toca estar “de guardia” y, como consecuencia, aumentan sus niveles de estrés.
Por lo tanto, los investigadores concluyen que los días en que se exige a un trabajador que esté disponible “no pueden considerarse tiempo de ocio, porque la recuperación -una función crucial del tiempo de ocio- queda restringida en tales circunstancias”.
¿Qué hacer?
Trabajar por días enteros no es inteligente, incluso si eres Elon Musk. La noticia de su rutina de trabajo poco saludable no ha sido bien recibida por los inversores, y las acciones de Tesla cayeron un 8,8% poco después de la entrevista en The New York Times, en medio de sospechas de que la salud mental Musk podría estar afectada.
¿La moraleja? Si puedes evitar las horas extra de trabajo, simplemente hazlo, porque están en juego tu salud, tu bienestar y tu productividad. Incluso si crees que eres una excepción, lo más probable es que no lo seas.
Los más perjudicados en este sentido son los freelancers más vulnerables, que no parecen tener la oportunidad de detener el ciclo de exceso de trabajo debido a su poco poder de negociación. Y es poco probable que las plataformas a partir de las que son contratados se muevan para cambiar esto, especialmente cuando este modelo de negocios les permite mover miles de millones de dólares cada año.
Mientras tanto, si por casualidad contratas a un freelancer por Internet, podría ser mejor darles un poco de tiempo libre: no solo serían más capaces de hacer un mejor trabajo, sino que su calidad de vida también sería mejor.
FUENTE: BBC Mundo
SyF – Ingeniería para la Gestión, Lima 11 de octubre del 2018
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