Dos décadas después de su inicio, la obra de ingeniería más ambiciosa, arriesgada, grandilocuente y despampanante de la historia de Europa, está completada. El presidente suizo, Johann Schneider-Amman, la inauguró oficialmente el miércoles 01 de junio del 2016; cruzó el túnel en tren acompañado por los cancilleres de Alemania, Angela Merkel; de Austria, Christian Kern, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el presidente de Francia, François Hollande.

Con sus 57 Km. se ha convertido en el más largo del mundo, pero también en el más profundo, ya que en su punto más bajo pasa 2,300 metros por debajo de los Alpes suizos.

Pese al carácter exclusivamente suizo de su financiación, más países entre ellos, Italia, Francia y Alemania se verán beneficiados por esta nueva maravilla de la ingeniería que permitirá unir más rápida y eficientemente el sur y el norte de Europa, una comunicación que siempre se ha visto dificultada por las escarpadas y casi infranqueables montañas de los Alpes, aligerando y facilitando el comercio y el importante transporte de mercancías.

A través del trazado ferroviario anterior los trenes de mercancías tenían limitado un peso máximo a 2,000 toneladas, usando hasta tres locomotoras. Con el nuevo túnel, los trenes de mercancías de hasta 4,000 toneladas pueden atravesar los Alpes sin locomotoras adicionales y los trenes de pasajeros pueden circular hasta 250 km/h reduciendo sensiblemente los tiempos de viaje de los recorridos transalpinos. Beneficiando a 20 millones de pasajeros.

Las obras se han realizado a profundidades similares a las de las minas más impresionantes del planeta, en el corazón de montañas que, sin ventilación, en su rocoso interior, alcanzan temperaturas por encima de los 50º C. Ha sido el aspecto técnico más complejo de la obra, ya que el túnel cruza de raíz algunos de los colosos alpinos más notables de la cordillera.

Tanta fue la cantidad de roca y escombros que debieron ser removidos (mas de 28 millones de toneladas) que en el valle donde se encuentra una de las bocas del túnel “nacieron” varias montañas de material.

Sissi ha sido una de las tuneladoras empleadas por los obreros suizos para perforar las tripas de los Alpes. La gigantesca rueda sólo es el último eslabón de una larga y compleja cadena que permite desafiar a los elementos, a la naturaleza, y atravesar bajo tierra la mayor cordillera europea.

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